Pensé
-qué ingenua-
que aquellos que se escudan
tras un anónimo o apodos que no nos muestran
quienes son
habían cambiado,
había vuelto a confiar en la gente,
ha debido ser el efecto del té y el incienso
pues tan sólo unos momentos más tarde
de permitir la entrada a todo el que quisiera,
de dejar que quien quisiera expresarse
con educación y sin insultos,
y hablando sobre aquello
de lo que en este blog se cuenta,
unos minutos después
alguien ya ha comenzado de nuevo
mordiendo las palabras
y escupiéndolas sobre los que aquí no pueden defenderse.
Grito un canto,
rezo una oración
y pido,
pido
que algún día
los que ahora rasgan palabras
vayan a Oz
y se conviertan en valientes.
3 comentarios:
¿Otra vez gilipoyas haciendo comentarios estúpidos?
ché, nada de insultar he dicho. que aquí hay para todos. y a lo de que pongan comentarios sin razón (lo comentarios, no el hecho d eponerlos, que yo encantada de que la gente comente, pero constructivamente), pues sí. pero sólo ha sido uno.
oye, y por qué me los mandas a Oz? te he hecho algo yo?
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