sábado, 22 de mayo de 2010

EQUILIBRIO

Eres mi razón de equilibrio,
la malla que se sustenta bajo mis pies
cuando danzo sobre un fino hilo
más fino que mi cabello o mi piel.
Eres esa fuerza que me acaricia y me eleva
la que me lleva a través del aire.
Eres quien permite que mis alas traspasen el viento
y que no se rompan, frágiles,
contra mis temores.
Eres mi razón de equilibrio
y si me faltas,
la cuerda se mueve,
el viento arrecia,
mis alas se rasgan,
mis miedos comienzan.

viernes, 21 de mayo de 2010

HOY

Hoy me he dejado arrastrar por el llanto
en ausencia de tus ojos para mirarnos las estrellas.
Volviendo a casa recuerdo
que un día te dije que aquel cuartel
me parecía un castillo,
rompiendo las frases como
una niña en ciernes.
Ahora estás sin estarlo,
mis brazos no te alcanzan
y mis lágrimas no te humedecen los labios.
Ahora estás lejos,
en otra hora lejos de mi tierra,
ahora que no estás
me trago las penas que me corroen el alma,
me trago las penas y pienso,
sólo una semana...

lunes, 10 de mayo de 2010

CHUBA

Quiero verme las manos desnudas
entre tanto escrupuloso llanto,
dejarme respirar las uñas
de laca y arcoiris,
no pensar en estos quilos que me sobran,
los cabellos que me faltan
o lo que puedo haber perdido,
que hoy amenaza la lluvia
y yo canto,
canto y quiero
cantar desnuda
sobre una verde colina,
sola,
sola sobre una colina verde
cantar a Lorca y danzar descalza,
abrirme las heridas
en mis pies magullados
-porque habré subido sin cueros
que me alumbren las plantas,
pateando piedras hasta con las manos-
y dejar que penetre el frío,
que salga el calor de mi vientre,
volverme loca, gritar, gritar,
GRI-TAR
al viento
nada,
gritar un grito inintilegible como esta letra,
volverme poeta un segundo,
alzarme sobre el orbe,
antes de introducirme otra vez en Nerea.

La pesadilla del donjuán

(I) Cuando despertó, ella seguía allí.
(II) Sintió como sus pestañas estaban adheridas a él.
(III) La madrugada diluida entre los pliegues de su ropa.
(IV) El último acorde de la noche vibrando en el aire.
(V) La soledad remolona en sus párpados de sombras.
(VI) El silencio quebrado pesando en las sábanas.
(VII) Un suspiro perdido en la madrugada voraz.
(VIII) Los rayos acariciendo playas desnudas.