martes, 29 de enero de 2013

La vida por delante


Escuchando: "La vida por delante" de Loquillo

Sé que debiera estar haciendo
otra cosa más imperiosa
aunque la fiebre aún no haya remitido
y quizás ésta sea la culpable de estos versos.
Sé que no debería sonreír
como si me hubiesen enganchado una percha a los labios
pero tras tantas caídas
me alegra que una mano me haya levantado al vuelo.
Así,
hoy,
en pijama,
aún en el asilo paterno,
con la cabeza para pocos pensamientos,
el cuerpo dolorido,
y el sueño arrastrando las pestañas,
sé que no debo sonreír
por si se me clavan las esquinas de la percha que me expande la boca,
pero también pienso
que tonta, tonta, tonta,
y siempre,
como ya dije
soy gilipollas.

domingo, 27 de enero de 2013

Otro domingo

Hoy,
que las pestañas me pesan como si de ellas colgaran mil cristales,
hoy que el cuello me duele al rozar piel contra piel,
hoy que es domingo
y pienso
en la semana que viene,
en las prisas,
las noches en vela,
vacías de otro sonido que no sea mi voz.
Hoy,
a pesar del sueño,
me alegro de que Morfeo reclame su deuda,
que bien alegre pagaré.

jueves, 17 de enero de 2013

Exiliados

Temo que llegue el día en que no tenga patria
de besos, de palabras, de labios...
El otro día te pensé,
hay veces que te cuelas
escurridizo
entre los pliegues de mis pensamientos,
e imaginé lo que ya me preguntaste un día,
si había traspasado ya la frontera del dolor,
y te contesté, aunque no estabas,
aunque no fueras a preguntármelo nunca,
que sí,
que el tiempo lo cura todo
aunque te deje marcas de las heridas,
aunque las cicatrices no se curen nunca
y te cambie,
y que no se puede querer lo que ya no existe,
que soy una exiliada de la tierra querida,
que la patria a la que pertenecíamos
se ha hundido bajo las aguas.

Es tiempo de espera

Es tiempo de espera,
es tiempo de detener el tiempo en las manos,
de dejar que la vida pase,
de hacer planes de futuro
aunque no sea inmediato,
aunque el futuro a veces amenace con no llegar nunca.
Es tiempo
de lluvia y silencio.

martes, 15 de enero de 2013

Recuerdos

Hoy, hace un instante,
mirando el aparatejo que me han regalado
intentando que no castigue mi espalda con el peso de los libros
- ellos no saben que soy adicta al tacto,
a tocar, doblar, oler, pintarlos,
sentirlos como un amigo cercano-,
he recordado aquella primera foto que nos hicimos (que nos hicieron),
borrosa,
enamorados hasta la médula,
con los ojos puestos en el otro,
sintiendo que si nos soltábamos las manos se nos pararía el corazón.
Y he recurrido a la psicología conductista
para prohibirme el recuerdo,
para obligarme a no recordar que un día fuimos felices
juntos,
porque aún es tiempo para el olvido,
para cauterizar heridas y no dejar que sangren,
para ocultar los golpes y esconder las llagas.
Aún no es tiempo de mostrar las cicatrices,
ni de dejarme verlas o pensarlas.
Ahora es tiempo de construir nuevas memorias
en torno a los otros negados un tiempo atrás,
en torno a mí,
poner distancia,
y no recordar,
hacer de aquel tiempo la nada,
que ya llegarán momentos más felices
en los que podrán pasearse aquellos recuerdos
sin que puedan volver a abrir las heridas.

domingo, 13 de enero de 2013

Despedidas

Hoy,
volviendo a casa,
a esa casa de la que me he adueñado ya,
que he hecho mía,
hoy,
volviendo,
mirando la calle
-mi calle-,
mirando la puerta
-mi puerta-,
mirando las cajas que se amontonan en el espacio breve que llamo pasillo
-mi pasillo-
pienso en el primer día que dormí
-dormimos-
aquí,
en una noche fría y cálida,
tapados por la tela que cubría el sofá,
y he pensado en que esta casa
que ya es mi casa,
que fue nuestra casa
y que pronto,
más pronto de lo que pienso,
ya no será mía,
ni nuestra...
Y pienso en la casa,
esa casa que no haré mi casa
esos metros eternos,
esas habitaciones separadas,
esos nuevos recuerdos que estoy fundando entre sus paredes
y en los que,
no sé
si por suerte o por desgracia,
tú también te encuentras.
En esa casa,
blanca, cálida, mía,
en esa casa
yo plantaré mi hogar.

martes, 1 de enero de 2013

Nuevos propósitos

He empezado el año nuevo
pensando que este 2013 será mejor que el que dejo atrás.
Que las nubes se habrán ido
y, si no, ya soplaré para que no me tapen el sol.
Que no me voy a dejar marear por lo que no tenga solución,
y dejaré que las cosas rueden solas.
He empezado el año nuevo
pensando que este 2013 será mejor que el que dejo atrás,
prometiéndome que me voy a querer,
que voy a ser feliz.