viernes, 23 de julio de 2010

EL ESPEJO DEL ALMA

Es extraño cómo en unas horas puede cambiar la climatología del alma. Sin embargo, ya esta mañana, unas nubes se arremolinaban en torno a mi centro y esta tarde han comenzado a desplegar la tormenta.
Espero que, como otras veces, tras la lluvia aparezca el arcoiris y el cielo azul y claro en los ojos.
Espero que, esta vez, la tormenta no vuelva nunca.

Bailarina

Después de dejarme la piel en las heridas,
del palpitar intenso que me abotargaba los sentidos,
de esta cotidianeidad, de la rutina,
la ruin existencia, de la esencia del ser sin ser nada,
después de dejar aparcados los versos,
apartadas las palabras en una pizarra de metal,
vulevo tratando de ser la misma
y no lo entiendo,
me has cambiado los dedos
y ahora mi canción es un vals.