Espero, Irlanda,
lanzarme un día al mar
y que mis cuarenta y nueve hermanas,
aquellas cuyos nombres me faltan
-tan sólo retengo
Galataia, Kymó, Glauké...-
me lleven a tus costas,
y si pierdo el cuerpo por le camino
eso poco importa,
me convertiré en la primera ninfa libélula
si así consigo
por mar o por cielo
llegar a tus verdes,
a tus cantos,
a tus entrañas de madre.
Deseo, Irlanda,
que un día las nubes o las olas
me devuelvan a tus tierras
y, en la eternidad,
ganarme el poder llamarlas mías.
2 comentarios:
tanto el poema como la imagen, preciosas :)
Gracias. La fotografía la hice en Carreeck-a-Rede (o algo similar, es que ahora no recuerdo cómo se escribía en inglés).
Fue del día que fuimos a Giant's Causeway y antes pasamos por aquí porque había un puente colgante.
Sinceramente, si puedes, ve a visitarlo.
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