sábado, 28 de noviembre de 2015

Otrografía

Un error en los dedos me ha llevado
a pensar estas palabras,
a mover con inquietud rítmica la pierna
y a sentirme fuera de mí
sin furia,
como quien se observa sin reconocerse,
y allí he encontrado la calma del blanco,
el frío caliente
de no esperar ni creer ni mover
sino por instinto
por el impulso mismo que riega el corazón.
Yo tú él
La otrografía
Llo tu hel
La otrografía
No pensar
No pensar
No pensar
Deslizar el tiempo sobre la cuerda invisible de un reloj de aire.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Estas heridas
que afean mi piel
me recuerdan que estoy viva,

aunque duela.

Las arrugas,
las punzadas,
las lágrimas,
la sangre que corre y se estanca,
las venas que crepitan,
el silencioso veneno que me recorre
y poco a poco
me paraliza,
la posibilidad del cascarón vacío
que me susurra el pasado
como una pesadilla continua,
me recuerdan
como un mazo que me golpea
o un péndulo que me arrastra

que estoy viva.

Y esto es la vida,
sangre, sudor y vísceras,
no hay nada hermoso en vivir
aunque tampoco la muerte nos trae la poesía.

Esto es la vida,
elegir si quieres maquillar el rostro de la muerte que te cubre
o lamer las heridas
y mostrarlas
como un guerrero.

Esto es la vida,
pasar como si fueras un soplo del aire
o convertirte en el viento
que arrase,
en el agua que anegue,
en el fuego que vuelva todo en cenizas,
en la tierra
que siembre un nuevo comienzo.

Esto es la vida,
amar, ser, luchar,
vivir, en suma,
como si cada instante fuera el último,
como si estuviéramos a un paso de estar muertos,
sacando las fuerzas
de las tripas.

Echar las tripas

Hay veces
que las palabras no bastan
y quieres arrancar los aires con un grito
que desgarre
hasta lo más profundo.
Porque amar a veces es sucio
y te llenas de una pasta
que te pega los dedos
y te cubre.
Porque a veces
no basta
con dejar que el alma huya
en lirismos
cuando dentro algo negro buye.
Hay veces
que no basta
y hay
que echar las tripas.