viernes, 9 de enero de 2009

DE RANAS Y POETAS

Oí que dijeron,
que dijo un poeta,
que si hubiera podido elegir
nunca hubiera sido esclavo de las musas.
Nunca poeta.
Es cierto que yo misma
he renegado a veces
de mis llantos y mis musas,
de mi Leanan y mi Melancolía,
y de otras tantas que se han prestado a mis juegos,
o que han aceptado mi compañía
pero siempre he vulto a ellas
con un ruego en el alma,
con algún regalo,
algún beso
o algún castigo que satisfaga su desdén
porque,
también es cierto,
que habiendo probado en mis labios
el sabor de la poesía
ahora no puedo dejarlo,
no puedo dejarlo,
no puedo...
y, además,
si me volviesen a preguntar
a mis escasos once años
si quiesiera ser poeta
viendo mis lágrimas y mis desvelos,
viendo mis versos,
amados bastardos,
sin dudarlo
besaría a la rana
aunque nunca se convirtiera en príncipe,
me convertiría en rana
aunque nadie me besara
porque un sólo verso me da
más que mil reinos
y cuentos de hadas.

No hay comentarios: