Te doy mis cuencas, que no mis ojos,
que con ellos veo la luz en tus pupilas, te doy mis cuencas
para que las llenes de besos
y en sus sangrientas venas
crezcan campanillas y margaritas,
romero y tomillo,
mariposas y libélulas
y en las noches de tormenta,
puedas acurrucarte en ellas
y espantar las pesadillas.
Te doy mis cuencas, para que duermas
y allí nos cantemos como dos enamorados
a la luna
y para que puedas encontrar la puerta que lleva a mi alma.
El día que tú mueras, cerraré mis párpados,
pondré mis ojos ante lo que será tu tumba
porque si al final es cierto, y no muero,
quiero verte y llevarte cada día.
4 comentarios:
Que alegre, ¿qué no?
Eh... no veas que imagen es imaginarte con las cuencas vacías... sigh
DURGRIM: ya sabes que yo sieeeeempre soy muy alegre...
JUAN: ¿buena o mala? la imagen de mí sin cuencas
Imagen de peli de miedo, una chica acercándose sin ojos con los brazos extendidos... que repelús
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