Cae la tierra
al ritmo de una canción
de Billy Talent
-Surrender-,
las viñas de mi ciudad violeta
y sus verdes se apagan en otoños
y melancolías.
El cielo se cierra
como un pesado tel´´on gris,
el ambiente cargado del autobús pesa
sobre mis ojos de plástico,
quisiera arrancarlos para poder dormir,
pero el resto de mi cuerpo
descansa en el maletero
de esta caja de zapatos
que algún hijo del viento
ha convertido en su nuevo juguete.
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