domingo, 7 de diciembre de 2008

YEHA-NOHA

El alma me vuela libre
sin que yo pueda detenerla,
y, a pesar de la angustia,
me siento liviana,
ya no me pesan las cadenas de la vida,
que he cortado todo dolor
y he decidido ser feliz
aunque me cueste la muerte,
sin besos, herida y sola,
dejada en un segundo plano de una existencia que nunca fue mía,
en un hogar al que no pertenezco,
lejos del que posee mi ser,
con la esencia marchita y rota,
congelada en un fuego de hielo,
he decidido romper las reglas,
ser la musa y el poeta,
morirme sin ser cadáver
y no crecer nunca
aunque mi vida se extinga
porque yo soy yo,
y eso no me lo puede arrebatar nadie.

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