lunes, 8 de diciembre de 2008

Caracol de otoño (a título provisional) III


III
Antes de comprar los billetes en la estación, antes de buscar a la vecina para que cuidara a Nah durante su ausencia, antes de cualquier pensamiento vio aquel cartel.

"Coloquio sobre el comercio justo: tradición y modernidad en la cultura indígena".

Decidió acudir como un paso previo a su viaje. Pero, como si tuviera una premonición de algo que no sabía siquiera si iba a suceder, decidió hacer la maleta y tenerlo todo preparado tiempo antes de su partida.

La vida que dejaba atrás poco importaba, había acabado la misma carrera que en su día hicieron sus padres y se ocupaba de su mismo trabajo, no sabía si por hacer perdurar la memoria de los ausentes, o por vocación propia.

Lo había unido con clases de arte, música, escritura, idiomas...

Cuando era niña se veía como la Liberadora de su Pueblo pero ahora pensaba, ¿cuál era su Pueblo? ¿Cuál era su tierra? No podía dar respuesta a aquellas preguntas, aún no, y quizás no las supiera nunca, pero iba a dar el primer paso de su viaje.


Cogió a Nah y, tras ponerse una liviana chaqueta sobre el blanco vestido, que resaltaba su tez oscura y su pelo negro, salió a la calle con tiempo sifuciente para llegar al coloquio antes de la hora.


Cuando llegó al salón de actos de la Casa de la Cultura tan sólo dos hombres se encontraban allí, ultimando los detalles diez minutos antes de que diera comienzo el acto.

Decidió pasearse observando las fotos colgadas de las paredes tan blancas como su vestido. Eran hombres y mujeres de rasgos similares a los suyos, en esas fotografías recordó algunos de los paisajes que su madre pintó en su memoria.

Hacía calor, Nah estaba tranquila atada a la correa roja. Se quitó la chaqueta despacio, sintió una mirada en su espalda al descubierto y se giró justo a tiempo para ver unos ojos negros fijos en su cabello.

No hay comentarios: