Querido abuelo,
soy rusa,
soy rusa y me dijeron que tu nieta,
quién sabe,
“nunca digas este cura no es mi padre
si no es más joven que tú”
es una de las frases habituales de mi madre.
Soy rusa, tu nieta,
y apenas te conozco
pero soy sólo una niña
y tú estás tan lejos...
te escribo para decirte lo que seguro añoras,
para contarte que hay quien te recuerda,
que el mundo sigue igual de mal que antes
pero que nos queremos
como siempre,
en la intimidad de los hogares
calientan las llamas
en los corazones.
Querido abuelito Chéjov,
no te angusties en tu lado gris,
o quizás me engañe y sea del color de la infancia
y no quiera admitirlo,
no te preocupes que nos queremos,
te mandamos recuerdos
desde este lado del muro
gris, vacío y completo,
no te angusties, abuelito,
que no tardaremos en vernos.
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