Me dijeron que nunca
dejara de crecer.
Supongo que se referían a mis versos,
a mi poesía
que se expande por la nevada seda
porque hace mucho que dejé de cumplir años,
que dejé que mi corazón ya no latiera
y tomara un dulce reposo merecido
en la oscuridad calmada de mi infancia
o quizás fue en mi futuro incierto y sosegado...
ahora mismo no recuerdo.
Soy anciana (poeta) (rusa) (niña)
y la memoria me falla
entre los silencios del tambor de plata melancolía
que rige el ritmo ruidoso de mis versos.
Soy una vieja gloria
que jamás llegó a ser tal,
que no pudo alcanzar la playa
para lanzarse al mar
y volar entre las ondas y mis cuarenta y nueve hermanas.
Y hace años que no crezco,
es inconfundible mi aspecto,
y cada día me hago más pequeña,
más pequeña,
más pequeña...
y desaparezco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario