domingo, 19 de octubre de 2008

EL RECUERDO DE IRLANDA


El rastro de Irlanda, la Bella,

comienza a diluirse en la sombra

como los ojos de Deirdre

que, en su sepulcro,

ya no mira ni llora.

Empiezo a olvidar el acento

de quienes compartieron conmigo

su casa, su tierra

y em hicieron una más,

aquellas montañas,

los cuervos y gaviotas,

el frío,

la lluvia que caía sin mojar,

las sonrisas,

la cerveza,

las puertas de colores.

Necesito volver a casa,

no quiero perder de nuevo la senda

que me condujo al hogar.

Late en mí, Irlanda,

late que si no te olvido

y no quiero que el vacío

vuelva a cubrir tu sitio.

1 comentario:

E.A.V. dijo...

Sus hermosas y sempiternas colinas verdes que se clavan en la memoria; tierras que evocan a la magia de los días antiguos en los que druidas y duendes convivían libres... No se me ocurre más formas de paliar su recuerdo que con una buena jarra de Guiness ;)!!!

Por cierto, que hay nueva encuesta en mi blog