La habitación destartalada, papeles de lingüística esperando que continúe ne su estudio, Isabel de liar por todas partes, un botellín de agua, la lámpara para leer, tecleos a la una y cuarto de la mañana. Se me caen las lentillas de los ojos. Mi cuerpo pide reposo y sueño, descanso en esa cama vacía que me espera. Pero hay algo en mí que me dice: espera.
Un indeseable insecto revolotea en torno a mis cabellos negros. Tengo la garganta seca pero el agua no sirve de nada para calmar mi sed. Sed de libertad y caricias tengo, y unas humildes gotas no apagarán mi sequía de alas y besos.
Me despido por el momento. Morfeo me reclama. Mis ojos ya no distinguen más allá de mis pestañas.
Buenas noches versos, buenas noche luna, buenas noches musas mías, buenas noches poeta niña.
Un indeseable insecto revolotea en torno a mis cabellos negros. Tengo la garganta seca pero el agua no sirve de nada para calmar mi sed. Sed de libertad y caricias tengo, y unas humildes gotas no apagarán mi sequía de alas y besos.
Me despido por el momento. Morfeo me reclama. Mis ojos ya no distinguen más allá de mis pestañas.
Buenas noches versos, buenas noche luna, buenas noches musas mías, buenas noches poeta niña.
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