Amaral canta
en el w. m. player
(¿podemos decir nombres?).
Mis dedos, exhaustos,
se relajan sobre las teclas.
No debí tocar hoy la guitarra,
los he agotado.
Qué poema tan absurdo,
streem of consciousness
(querida Virginia del Ouse),
si puediera tan sólo escribir
cuanto imagina mi mente...
límites, límites y más fronteras.
Lea,
déjame acariciarte las plumas
y escribir en tus venas,
que no puedo dormir la luna
ni acallar las estrellas,
que mi corazón late aún en su caja herido
y tú, debes ser un poco más arisca
si quieres volver a ser musa.
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