domingo, 18 de noviembre de 2012

PENÉLOPE

Escuchando "Titanium"

Hoy, a tres días del aniversario del inicio de su viaje,
Penélope teje y desteje,
teje y desteje,
teje y desteje,
pensando en que Ulises, a tres días de cumplir tres años el comienzo de su andadura,
está en los brazos de Calipso sin acordarse de ella.

Penélope, sola, encerrada en su palacio,
desteje por el día sin molestarse en pensar que los pretendientes se molesten,
ya los espantó ella esperando que Ulises un día recobrara el juicio,
se montara en su barco y volviera a Ítaca.
Penélope desteje los recuerdos en su cabeza buscando el hilo traidor
pero han pasado tantas veces las hebras por sus dedos
que ya se le han borrado las huellas,
se le han secado los ojos, de tanto llanto y tanto observar,
se le ha encorvado la espalda,
se le han debilitado los brazos, las piernas...

Penélope, sola, encerrada en su palacio,
teje por las noches pensamientos enlazados,
rompe los hilos y los anuda,
forma finales felices que luego destruye.

Penélope, sola y encerrada en su palacio,
piensa en Telémaco,
sentado en una esquina, enmudecido, temeroso como un conejo,
pequeño e inmóvil
y por su mente pasa el recuerdo de Medea
pero no su locura y sus agallas.

Y Penélope piensa en Ulises,
en que hoy, más que nunca,
lamenta haber sido Penélope
y que tú seas Ulises.

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