lunes, 25 de marzo de 2013

Llueve

Llueve
y en mis ojos cansados la lluvia seca tiembla.
La lluvia agotada,
las gotas fragmentadas en mil gotas
rotas en mil gotas,
formando un mosaico lamentable.
Llueve
y me pesan los huesos,
las horas,
el sueño,
el peso a la espalda...
y comienza a aplastarme tanto este gris
que ni los besos me levantan
así como estoy con el frío recorriéndome por dentro,
tratando de asentarse,
rebotando en la campana capada en mi cabeza.
La verde esperanza aún me cuenta los segundos que faltan
para acurrucarme entre las sábanas.

1 comentario:

John dijo...

Mosaico que bien podría percibirse de distinta manera. A veces vemos solamente con nuestro ánimo cambiante los fenómenos. Un saludo