domingo, 1 de febrero de 2009

AN ANCIENT MUSE

Déjame que calme con mis palmas
tu aurora
para que la luz de su mañana
no hiera tus ojos de sombras.
Y acariciar tus nubes y tormentas,
quemarme en un ardor
que supera el alma,
déjame escribirte en la Luna un beso
y tatuarme tus heridas,
quiero ser tu musa, Musa,
y bailar la madrugada sobre los pétalos
de una flor ya muerta,
quiero danzar sobre mis dedos
en un alba de pálido marfil
y que tu voz me susurre,
suave y dulce,
amarga y gris,
como ahora,
versos tristes de una tarde entre mis pesadillas
alimentando pasos bastardos
de niñas poetas
que quisieron ser libélulas
y no pudieron arrancar sus raíces,
quiero que tú seas la hoz que me desligue
de esta tierra estéril
y me hundas en el vacío de Gaia
para volar libre en el paraíso
de las palabras
y danzar,
danzar sólo para ti
al compás de las roncas cuerdas de mi guitarra.