La luz que ilumina
tras la vela la ventana
y de ahi se pierde
en una espesura de sombras,
la luz que se pierde,
se marchita en un teclado ingles
donde mi ciudad no puede escribirse,
esa luz
me muestra una cerradura,y por fin, en mi mano,
la llave,
nerviosa se inquieta mi mano exhausta,
quien sabe si encajara en su engranaje
o me dejara de nuevo perdida.
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