jueves, 28 de agosto de 2008

I.

I.
Logroño es una ciudad de mil luces
y un cielo violeta desde mi cuarto,
ciudad de sueños ebrios
por calles de cine,
mil huellas tras cada baldosa.
Logroño es una ciudad perdida
entre la niebla que forman los rayos de la mañana
sobre sus aceras de plata melancolía.
Y Logroño duerme sobre sus murallas,
el río canta una canción de cuna
mientras los patos de la noche
nadan sobre sus aguas de cobre marchito.
Y la ciudad duerme,
sueña,
sueña bajo mi ventana,
un cielo violeta sonríe,
extraña ciudad,
perfecta para una niña poeta.

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