domingo, 3 de septiembre de 2017

Cristales rotos

No sabíais
que con vuestras palabras cavábais una fosa,
que no son inocentes los nombres
y que un silencio
puede dejar mayores heridas que un disparo.

Hay quien os llamará inconscientes,
mientras vosotros olvidáis que
una vez
existimos,
pero vuestras huellas aún impregnan nuestras heridas
y el dolor cae dentro lejos de la vista.

A algunos os ha aplastado la vida,
y nuestra parte vengativa sonríe ante vuestro desvelo;
otros prosperasteis
y tan sólo esperamos que,
como la genética traicionera,
sufráis en las carnes de vuestra sangre
el pecado que cometisteis.
Sólo así, viendo que nunca se avanza,
que la muda nueva queda ajada,
que las cicatrices supuran
aun cuando llevan años cerradas,
podréis comprender el alcance de los daños
y que el pago nunca es suficiente
por los platos rotos.

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