Cuando la luna suspire
en llantos de rosas
y extienda sus garras
de azoradas ondas,
cuando el mar y el tiempo
destruyan el hado
y la tierra resista en combates sagrados,
cuando los homres,
extraños del viento,
callen dormidos
las pupilas en cuevas de arena,
cuando el alma grite un momento
"poeta"
y nadie responda,
los versos habrán muerto
al liberarse de sus cadenas.
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