miércoles, 26 de julio de 2017

Ubi est

Qué fue
de aquella niña enfermiza
solitaria y tímida
que engullía libros sin hartarse.

Qué fueron de sus sueños
y temores
de los soles
que acariciaron su piel.

Qué de aquellas tardes
en que añoraba que le robaran un beso
o que alguien
quien fuera
le llamara a jugar.

Qué le sucedieron a sus miedos,
se perdieron, mudaron
o se acumularon como las hojas
del otoño.

Tal vez le aplastara la vida
y las casas de tiza y aire
no calentaran bastante
cuando llegó el invierno cruel.

Tal vez aún se arrastre
dolorida y valiente
resquebrajada y firme
buscando la sombra
bajo la que cobijarse del sol
el amparo del árbol
ante el viento helado
las manos que desvelen
la cortina de nubes que anega sus ojos.

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