La vida te aplasta como una piedra atlántica
mientras pendes del hilo que las moiras estiran y aflojan
para verte caer.
Pensaste que todo sería más fácil
y la vida te quema y te ahoga cada día
un poquito más
como si el nudo en la garganta,
los remolinos en el cerebro
o el frío en las entrañas
no fueran bastante.
Sabes que no es la primera vez que lo piensas,
que no temes que los monstruos te venzan
y la oscuridad surja de una u otra manera.
Tal vez todo esté en tus palabras
pero el camino te fustiga
y necesitas saber si el destino
o el viaje
son suficiente premio
para todas las heridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario