Soñé estos versos hace más de un mes,
cuando tu labios habrían apagado las velas
si no te hubiese llevado el aire frío de enero.
Me acordé de ti
y pensé que el tiempo nunca me fue duro
pues veía en tus manos y en tus ojos
que la vida daba descanso a los buenos,
a los justos.
Me dijeron que hubieses cumplido más de setenta
y sólo puedo imaginarte con la belleza
del que se refleja en ojos amados,
tus manchas solares, tus grietas,
tus temblores o algunas manías curiosas
no eran para mí sino el conjunto de una obra hermosa
y a veces me observo las manos
por si en ellas veo tu desierto
y me busco las pecas que nunca heredé
y a veces veo que la tierra en mi mirada
se va convirtiendo en pasto
y pienso en ti
y en tus ojos grises
y en todo el tiempo que te quise
y quizás no lo sabías.
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