Escuchando: Michael Bolton "How am I supposed to live without you"
Antes,
en la casa de mi abuela,
se escondían galletas y caramelos al alcance de las manos de los niños,
juguetes bajo las mesas redondas de manteles viejos,
folios y más folios
pintarrajeados con colores,
pinturas en todos los cajones.
Recuerdo llegar de la escuela
y verla esperándome,
con la puerta abierta de par en par y un beso en los labios,
mientras mi abuelo,
sentado en un sofá con tantos años como mis padres,
veía los documentales de la dos.
Y recuerdo sentarnos juntas a hacer los deberes,
con un bocadillo de chorizo,
o de pan con chocolate,
y hablarme de la vida,
y enseñarme a tejer,
o llevarme al parque.
Ahora,
en la casa de mi abuela ya no hay dulces ni galletas,
sino papillas y medicinas en todas partes,
los juguetes han dado paso a orinales, sillas de ruedas...
no hay donde sus nietos puedan pintar
porque sus nietos ya no quiere ponerle color a la vida.
Ya no me espera,
al regreso del trabajo,
porque no tenemos tiempo
para que la vida nos aplaste
y no merendamos juntas
ni mi abuelo ve los documentales de la dos con sus ojos cansados.
Pero siempre que voy
ella
aunque triste
me espera con un beso en los labios.
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