Llegó la Navidad,
y con ella la lluvia
que galopa por las calles
como un caballo desbocado.
Hoy el día gris se me ha empañado en los ojos.
Hoy se me ha anudado el alma
y se han caído sus brazos aletargados.
Hoy quiero dormir la mente
y dejarme descansar la vida un instante
entre tus brazos.
Mañana,
mañana volveré a batir el suelo
y la sonrisa.
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