y se esconde en un mar de montañas,
bajo tus pasos doloridos por el tiempo
y el aliento, el viento, que sube baja desciende in crescendo
tú te alzas sobre tus propios pasos
y miras, desafiante,
el horizonte bajo tus manos.
Ante tu mirada, la inmensidad.
En tus ojos, la vida.
Y alrededor, ni el tiempo ni el hado,
tan sólo las alas dispuestas a volar.
3 comentarios:
vaya, vaya, se ve que los cuervos, a pesar de su mala fama, también tienen su sensibilidad :)
Hummmm... qué cosas... http://3.bp.blogspot.com/_KdOxyeS1lXA/SJ9hgvL7spI/AAAAAAAAADk/N4bP2ggF6cs/s320/Caspar_David_Friedrich_032.jpg
Qué lejos queda ya aquella larga conversación que mantuvimos aquella noche de borrachera por La Mayor (dando vueltas, y vueltas..., ¿recuerdas?)
Me alegro mucho por ti, en serio. Que dure, que dure.
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