Que me dejen oler las flores
y el hálito de las montañas,
y esperemos a mañana
para olvidar los futuros posibles.
Desencadenad los vientos y huracanes
mientras mi alma reposa serena
lejos de tamañas multitudes.
Extiende mi camino un par de pasos,
y tras esos mil y mil más,
que me quedan muchos besos,
muchas palabras y demasiados quehaceres.
Aparta un tiempo el corquete
de mi cuello
y déjame disfrutar de los frutos del trabajo
y de aquellos que venir se esperan.
Permite que repose mientras prosigo el paso
y no a un lado de la senda.
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