Ortigueira. 2010. Una foto.
Una barca solitaria pendulea sobre el agua.
Calma.
Atardece en este confín del mundo.
La foto me increpa desde la pantalla del móvil
un recuerdo que se diluye cuanto más lo leo.
Ortigueira.
Primeras vacaciones.
Primer topless.
Y sentir que la única mirada era la tuya.
No sentirme desnuda sino acogida en tus ojos.
Aún hoy pienso
que me sigue costando menos desnudar el cuerpo que el alma.
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