Es extraño cómo en unas horas puede cambiar la climatología del alma. Sin embargo, ya esta mañana, unas nubes se arremolinaban en torno a mi centro y esta tarde han comenzado a desplegar la tormenta.
Espero que, como otras veces, tras la lluvia aparezca el arcoiris y el cielo azul y claro en los ojos.
Espero que, esta vez, la tormenta no vuelva nunca.
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