Cuando llega la noche
los fantasmas se revuelven y se hacen visibles,
cuando llega la noche
la campana que se tambalea
me ensordece hasta el llanto,
así, cuando llega la noche,
el triunfo del golpe
arriba a mis orillas
para quedarse.
viernes, 22 de junio de 2012
jueves, 21 de junio de 2012
Cuando despierte
Sólo quiero que se me acaben estas noches largas,
que la noche sea un dulce suspiro
y el día me devuelva la sonrisa a los labios.
Sólo quiero que la mañana me traiga
el alivio de despertarme de un mal sueño.
que la noche sea un dulce suspiro
y el día me devuelva la sonrisa a los labios.
Sólo quiero que la mañana me traiga
el alivio de despertarme de un mal sueño.
Madrid es demasiado grande
Madrid es demasiado grande
para un corazón poeta de provincias
que se está resquebrajando.
Madrid es una ciudad inmensa
de hormigas y topos que como olas me arrastran.
Madrid me descubre más pequeña, más sola, más triste, más niña...
Madrid no es una ciudad para un corazón roto.
para un corazón poeta de provincias
que se está resquebrajando.
Madrid es una ciudad inmensa
de hormigas y topos que como olas me arrastran.
Madrid me descubre más pequeña, más sola, más triste, más niña...
Madrid no es una ciudad para un corazón roto.
A solas con Madrid
No sé cómo decir
que se me cae el alma al suelo
cada veo que veo mis cielos sin ti,
mis manos sin tus dedos,
mis abrazos sin tu cuerpo.
No sé cómo decir
que se me alargan los segundos,
que las noches me arrebatan
el poco sueño que esquilmo,
y que el día se me hace más duro sin tu voz.
No sé cómo decir
que el dolor que mora aquí dentro,
donde el alma grita en silencio,
donde desgarra mi carne inapetente,
donde el vacío me traga,
me destruye cada día,
la agonía me eterniza,
derrite mis pupilas.
No sé cómo decir
que esta oscuridad que albergo
me sume poco a poco en las tinieblas
de las que, si tú no me rescatas pronto,
me hallaré perdida por los restos.
que se me cae el alma al suelo
cada veo que veo mis cielos sin ti,
mis manos sin tus dedos,
mis abrazos sin tu cuerpo.
No sé cómo decir
que se me alargan los segundos,
que las noches me arrebatan
el poco sueño que esquilmo,
y que el día se me hace más duro sin tu voz.
No sé cómo decir
que el dolor que mora aquí dentro,
donde el alma grita en silencio,
donde desgarra mi carne inapetente,
donde el vacío me traga,
me destruye cada día,
la agonía me eterniza,
derrite mis pupilas.
No sé cómo decir
que esta oscuridad que albergo
me sume poco a poco en las tinieblas
de las que, si tú no me rescatas pronto,
me hallaré perdida por los restos.
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