Quiero verme las manos desnudas
entre tanto escrupuloso llanto,
dejarme respirar las uñas
de laca y arcoiris,
no pensar en estos quilos que me sobran,
los cabellos que me faltan
o lo que puedo haber perdido,
que hoy amenaza la lluvia
y yo canto,
canto y quiero
cantar desnuda
sobre una verde colina,
sola,
sola sobre una colina verde
cantar a Lorca y danzar descalza,
abrirme las heridas
en mis pies magullados
-porque habré subido sin cueros
que me alumbren las plantas,
pateando piedras hasta con las manos-
y dejar que penetre el frío,
que salga el calor de mi vientre,
volverme loca, gritar, gritar,
GRI-TAR
al viento
nada,
gritar un grito inintilegible como esta letra,
volverme poeta un segundo,
alzarme sobre el orbe,
antes de introducirme otra vez en Nerea.
2 comentarios:
Todos deberíamos probar esa fórmula de gritar al vacío mucho más a menudo...
(VIII)El calor del sol temprano bañando el hielo derretido.
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