Pensar que estas manos,
estos centímetros que me cubren,
la piel dorada y tornasol,
quedarán en polvo y viento;
que el soy y seré
no estará sino en un fui,
y que el olvido
se arrastrará en mis entrañas.
Que de mí no quedará ni recuerdo,
y que estos ojos
que hoy me miran,
esta tierra varada entre mis pestañas,
serán pasto de fuego o gusanos,
un instante en el sueño de un Niño.
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