viernes, 20 de marzo de 2020

Oigo
-anoche volvía a escucharlo-
ese tintineo de algo roto,
es un golpeteo constante,
como una piedrecilla en el zapato.

A veces dejo de oírlo
-tal vez se quede atascado
en algún recodo fragmentado-
pero siempre vuelve.

Estas noches cercenadas
no tengo tiempo para su canto
pero, a veces, me dice que cada día que vivo
es un poco menos que he muerto.

No hay comentarios: