sábado, 18 de octubre de 2008

CRECER



Me dijeron que nunca


dejara de crecer.


Supongo que se referían a mis versos,


a mi poesía


que se expande por la nevada seda


porque hace mucho que dejé de cumplir años,


que dejé que mi corazón ya no latiera


y tomara un dulce reposo merecido


en la oscuridad calmada de mi infancia


o quizás fue en mi futuro incierto y sosegado...


ahora mismo no recuerdo.


Soy anciana (poeta) (rusa) (niña)


y la memoria me falla


entre los silencios del tambor de plata melancolía


que rige el ritmo ruidoso de mis versos.


Soy una vieja gloria


que jamás llegó a ser tal,


que no pudo alcanzar la playa


para lanzarse al mar


y volar entre las ondas y mis cuarenta y nueve hermanas.


Y hace años que no crezco,


es inconfundible mi aspecto,


y cada día me hago más pequeña,


más pequeña,


más pequeña...


y desaparezco.

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